No hay nada mejor que los monitores gamer; te atrae y te proporciona un nivel de inmersión que no puedes experimentar con una pantalla pequeña. Por eso, la mayoría de los jugadores profesionales prefieren utilizar monitores para juegos a la hora de configurar sus puestos de juego.
Los monitores para juegos no sólo ofrecen pantallas grandes, sino que también tienen cualidades que los hacen más adecuados para manejar las exigencias técnicas de los juegos de mayor calidad. Por desgracia, no todos los jugadores aprecian las ventajas de tener un monitor para juegos.
Invierten en ordenadores de sobremesa, auriculares y sillas de juego decentes, pero luego compran un monitor normal y corriente. En este artículo, profundizaremos en las razones por las que todo jugador debería comprar un monitor para juegos y destacaremos algunas de nuestras mejores elecciones.
¿Qué es un monitor para juegos?
Un monitor para juegos es una pantalla de ordenador hecha a medida para ser compatible con otros dispositivos y componentes de una configuración de juegos, como tarjetas gráficas y CPU.
Tienen mejores especificaciones que los monitores normales, como frecuencias de actualización más altas, mejores tiempos de respuesta y una calidad de imagen más nítida. A continuación te ofrecemos algunas razones de peso para añadir un monitor de calidad a tu sistema de juego.
Razón nº 1: Tamaño y resolución de la pantalla
El tamaño del campo de visión al jugar influye directamente en la experiencia de juego y el rendimiento. Por eso es mejor jugar en un monitor que en un portátil.
Los portátiles para juegos tienen un tamaño máximo de 18 pulgadas. Por otro lado, la mayoría de los monitores gamer tienen un tamaño mínimo y máximo de 24 y 48 pulgadas, respectivamente. Por tanto, el uso de un monitor para juegos ofrece un campo de visión más amplio para los juegos intensivos.
os monitores para juegos también ofrecen una resolución de pantalla superior a la de los portátiles para juegos. La resolución de pantalla se refiere al número de píxeles de un monitor. Se calcula multiplicando el número de píxeles del plano horizontal del monitor por los del plano vertical.
Además, los monitores para juegos tienen una resolución de pantalla mayor que los monitores normales, siendo la resolución estándar Full HD (1920 x 1080 píxeles). Otras resoluciones de pantalla disponibles son Quad HD (2560 x 1440 píxeles) y 4K Ultra HD (3840 x 2160 píxeles).
Un monitor con una resolución alta produce imágenes más realistas. Esto es posible gracias a los millones de píxeles del monitor, que captan más detalles de la imagen, lo que permite obtener imágenes más claras y nítidas.
Por otro lado, las pantallas de baja resolución suelen mostrar vídeos borrosos, lo que puede distraer la atención cuando se juega.
Razón nº 2: Riqueza y profundidad del color
El color influye significativamente en la intensidad de un juego al establecer el tono. Por ejemplo, cuando se juega a un juego de terror, la riqueza de los tonos oscuros suele atraer la atención, lo que ayuda a crear una sensación de expectación.
Algunos desarrolladores de juegos también utilizan el color para dar pistas o mostrar el progreso cuando se juega a juegos basados en misiones. Por eso, es necesario disponer de una pantalla con una amplia paleta de colores cuando se juega a juegos de PC.
Los monitores gamer suelen producir negros más oscuros y blancos más brillantes que las pantallas estándar. Además, los monitores para juegos ofrecen niveles de brillo más altos sin desteñir los colores. También disfrutarás de una relación de contraste más amplia, necesaria para producir colores con varias tonalidades.
Razón nº 3: Frecuencia de actualización y tiempo de respuesta
La frecuencia de actualización se refiere a la rapidez con que una pantalla pasa de una imagen a la siguiente; se mide en hercios. Una frecuencia de actualización alta significa que el monitor pasa rápidamente de una imagen a la siguiente, lo que permite a los espectadores percibir un movimiento sin interrupciones.
Los monitores para juegos deben tener una frecuencia de refresco alta, que te permita observar los movimientos de tu personaje o de tu oponente y reaccionar con rapidez. Los monitores para juegos tienen una frecuencia de refresco estándar de 120 Hz. Esto significa que los monitores sustituyen las imágenes a una velocidad de 120 fotogramas por segundo.
Esta frecuencia de refresco es superior a la de la mayoría de los monitores estándar, ya que suelen tener una frecuencia de refresco de sólo 60 Hz. Algunos monitores para juegos tienen una frecuencia de refresco de 144 Hz, mientras que los modelos de gama alta alcanzan los 480 Hz.
Por otro lado, el tiempo de respuesta se refiere a la rapidez con la que los píxeles de un monitor cambian de un color a otro; se mide en milisegundos. Un tiempo de respuesta bajo es preferible en los juegos porque evita el desenfoque por movimiento, en el que las imágenes en movimiento se funden para formar imágenes borrosas.
Los monitores gamer suelen tener un tiempo de respuesta de tres milisegundos o menos, bastante inferior al de los monitores normales, cuyos tiempos de respuesta pueden llegar a diez milisegundos.